El filme de Dziga Vertov se desarrolla en un contexto muy interesante, la revolución rusa de 1917, que da como resultado el retrato de una sociedad moderna donde el arte y la tecnología se encuentran en una etapa de florecimiento. Capta una cotidianidad, sin embargo, la aparición de elementos fantásticos causan cierta contradicción, además, algo que me pareció muy interesante el cómo es que la saturación visual que nos presenta evoca una sensación de aturdimiento justamente como el que generan las grandes urbes y lo logra sin valerse de elementos sonoros, sólo visuales.
Comentarios
Publicar un comentario